Llegué el viernes por la tarde y no me llevé ni el parapente de libre, sólo el carro biplaza (hay que dedicarle el finde a Pelayo). Poca gente todavía en general, pero sí que están casi todos los colegas motorizados. Justito el tiempo para inscribirse y para montar el carrito y dejarlo todo preparado para mañana.
Esta vez el alojamiento "económico" no estaba a la altura ya que el habitual (los Josefinos) está de obra y les han dejado un albergue cochambroso. Nos repartimos el suelo con los colegas valencianos, tiramos las colchonetas y nos apañamos.
El sábado, madrugón del copón (pobre Pelayo, creo que sólo se despertó cuando llegamos a los 500 metros QNH), y empezamos la increíble ruta que preparó Román. Todo tranquilo la primera mitad, luego entró un pelín de viento pero no generaba ninguna turbulencia. La niebla tampoco se cerraba del todo y multitud de prados para aterrizar en cualquier lugar. Perfecto.
Pelayo se me congela (con guantes de currar de albañil, 5 camisetas y un forrito, no es suficiente), y a la hora y media aterrizamos felices.
Durante todo el sábado no paramos de volar y salvo los meneos salvajes de las 15h (aterricé cagando leches, pues casi consigo plegar la bipla reflex), todo perfecto.
Intenté pagarme un casco que pillé (ya os lo enseñaré) haciendo algún biplaza, pero nada de nada (supongo que el cartel que hizo AMR con una calavera y dos tibias tuvo la culpa....).
Todo el cielo se llenaba de parapentes por la tarde y los aterrizajes cuesta abajo con el tráiler a toda leche, esquivando velas y gente, eran delicados.
Cuando ya estaba derrengado y guardando todo, se comunica que un parapente ha "caído" en una barranca cerca de la virgen sin acceso por tierra. Montó a uno de la organización y a volar durante una hora en el sotavento, rozando las hayas, buscando algún indicio. Después de contar cada rama de unas 10 hectáreas, sacamos la conclusión de que allí no ha aporrizado nadie! Falsa alarma.
Cena multitudinaria en el frontón cubierto de pelota vasca, buen rollo.
El domingo amaneció un día precioso, pero con viento sur... cervezas, charlas y a recoger.
La organización perfecta, 15 bebidas para cada inscrito (imposible consumirlas), todas las comidas, regalitos, camiseta chachi, seguridad a toda prueba, simpatía. No pienso perdérmela el año próximo.
Salut i força al canut.
Agustirrinin
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