6 ene 2009

Niebla en Venturada

Estoy viendo el parte en la tele, mientras que desayuno.
¡Vaya cambio!. Ayer anunciaban cielo despejado, y ahora lo han cambiado, apresuradamente, por nubes y nieblas. Al mirar por la ventana se confirma lo de la niebla. Bien, bien.... otro de esos días en los que te puedes quedar sin volar... o tener un vuelo inolvidable.
Sabedor de que éstos días suelen dar más alegrías que disgustos, y habiendo quedado con Victornillo, me voy para Venturada. Aunque antes me toca volver 2 veces al trastero porque me olvidé de la gasolina, y luego de los aros.... soy un desastre.
Llegamos casi al mismo tiempo. Son las 10:30.... algo tarde, pero es mejor así, para no pasar mucho frío. La hierba del campo está blanca por la escarcha.... ummmmm.... objetivo NO conseguido ¡-1ºC!.... ¡¡¡madre mía!!!. Por el camino he cruzado bancos de niebla espesos, de los que llegan al suelo. Pero allí, el cielo está despejado, y parece que va a mejor. El valle del Lozoya se veía totalmente despejado.
Aunque la intención inicial era hacer vuelos locales para probar un invento con la cámara de vídeo, nos preparamos para una rutilla hasta el Atazar. Los motores arrancan bien, a pesar de que llevan más de un mes parados. Victor despega el primero, sin complicaciones. Yo inflo la vela, y al mirar las bandas, veo que tengo doble vuelta en un freno, y otra vuelta en el otro freno. ¡Menuda preparación prevuelo!. Lo arreglo durante la carrera como puedo, y despego sin tener que abortar. Cojonudo.
Primero vamos hacia el pico Pendón. Antes de llegar hay 3 pequeñas nubes muy bajas, con las que podemos jugar. Ya solo por ésto el vuelo merece la pena. Que gozada. Me harto de hacer espirales y wingovers alrededor y dentro de ellas.
Cambiamos el rumbo hacia La Cabrera. Saco el tinglado que he preparado para la cámara de video. La voy descolgando poco a poco, sujeta tan solo por dos hilos de nylon de pesca... que cague.... la consigo colocar más o menos como quiero, y me vuelvo a poner los guantes, aunque creo que, irremediablemente, perderé los dedos ¡que frío!. Diez minutos volando con ese "colgajo", que se movía más de lo que pensaba. A ver si sale algo interesante de ésto.... De todos modos, tendré que revisar el invento... Lo recojo como puedo, y seguimos el vuelo hacia el Atazar, en su extremo norte. Después, iniciamos el regreso, y al llegar a la altura de La Cabrera, sorpresa... está todo cubierto de nubes. Desde abajo se ve de vez en cuando el sol. Es una capa fina de nube (o niebla), bastante alta, así que..... gas a fondo y a subir. Victornillo está más adelante. No llevo radio ni GPS. Confío que me haya visto.
Por fin atravieso la capa. Espectáculo grandioso. Me ha costado 6 años, pero por fin puedo hacer algo así en nuestro campo de vuelo. Por encima de la niebla despunta la parte más alta de La Cabrera y el Pendón. Al fondo, la sierra nevada. ¡¡¡Uahhhuuuuu!!!. Al rato dejo de ver huecos, y me preocupa saber que Victor anda por debajo. En cuando veo un poco de suelo, me tiro al hueco, y en unas pocas vueltas ya estoy de nuevo bajo las nubes. Busco para todos lados y veo a Victor, bastante por detrás mío. Al poco aterrizamos en el campo, pletóricos. Contentos como críos el día de reyes.
Nos da igual que el campo se haya convertido en un barrizal, que las velas se hayan empapado, ni el frío que hemos pasado. ¿Cuantas veces me habré dicho lo de "este ha sido uno de los mejores vuelos de mi vida"?.
Afortunadamente, ¡¡¡muchas!!!.
Patricio.

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